En el lugar más septentrional de la Península Ibérica bañado por las aguas del Atlántico y Cantábrico, todavía existe un mundo perdido por descubrir esculpido en la lucha entre mar y tierra; playas salvajes, blancos arenales, los acantilados más altos de la Europa Continental, montes que esconden “cruceiros” y ermitas, la vida cotidiana; cultura, gastronomía e historia… de los pueblos marineros y de sus gentes.